sábado, 10 de noviembre de 2012

La dramática historia de la española que se suicidó antes de que le quitaran su casa



Vía El País
Cada día del primer semestre de este año se ejecutaron en España 317 desalojos de viviendas para remate, un drama social que este viernes desbordó la indignación ciudadana con el segundo suicidio en 15 días. Amaya Egaña, una exconcejal socialista de 53 años, se lanzó al vacío desde su casa en Bizkaia mientras la comitiva judicial subía la escalera para echarla de allí.
El drama comenzó a las 9.20, cuando los funcionarios del Juzgado número 4 de Barakaldo llegaban con un cerrajero al número 11 de la calle Escuela de Artes y Oficios de esa localidad. En el 4º A de la escalera B residía desde comienzos de 2006 —según la fecha que recuerdan algunos vecinos— Egaña con su marido, José Manuel Asensio, y el hijo de ambos, Daniel, un estudiante de 21 años.
La comitiva halló abierto el portal de este inmueble, dos escaleras con seis plantas de pisos cada una en una zona nacida en la última década sobre rehabilitados terrenos de Altos Hornos. Llamó, con todo, al portero automático. Nadie les contestó. Cuando el cerrajero abrió la puerta del piso, Egaña acababa de subirse a una silla para tirarse por la ventana. El médico de la UVI móvil que acudió de inmediato al lugar la halló aún con vida, pero pudo hacer poco más que certificar su fallecimiento. Aún no eran las diez.
Sobre la vivienda de esta familia a la que todos los vecinos consultados consideran absolutamente normal, “como tantas”, y muy educada, pesaba un crédito hipotecario de La Caixa (un banco español) que había asumido Building Center, firma inmobiliaria creada por la caja catalana. La deuda pendiente cuyo impago llevaba al desahucio no llegaba a los 214.000 euros (unos 130 millones de pesos chilenos) —en concreto, 164.323 euros de principal y otros 49.300 de intereses—.
José Manuel Asensio no se hallaba en la vivienda. Había ido a trabajar, lo que abona la idea, apuntada por personas que conocían a la familia y por otras fuentes, de que desconocía la deuda que pesaba sobre su vivienda y que iban a ser desahuciados. Ninguno de los vecinos, conmocionados por la tragedia, tenía noticia de que la pareja pudiese estar atravesando problemas económicos. Amaya Egaña trabajaba desde hace cerca de 30 años en Bizkaibus (la empresa de transporte interurbano vizcaína), donde ahora era responsable de recursos humanos.
No había recurrido al apoyo de la asociación Stop Desahucios en Bizkaia, cuyos responsables intentaban confirmar aún anoche si fue suya la llamada telefónica de una mujer muy nerviosa que uno de sus miembros recibió en la noche del jueves.
Si para todos los ciudadanos el suicidio de Egaña fue motivo de preocupación y pena, cayó como un mazazo sobre el PSE. “Socialistas de toda la vida y muy comprometidos”, les definen personas que les conocían. Egaña fue casi dos años, en el mandato que comenzó en 1983, concejal en Eibar (Gipuzkoa), donde entró para sustituir a un compañero que renunció por razones laborales.
Hija de Ramón Egaña, edil y muchos años presidente de la Agrupación Socialista de Eibar, el pasado junio acudió con su marido al homenaje que tributó el PSE a todos sus concejales de la localidad al cumplirse los 25 años de mandato socialista en Eibar. “Le invitamos y vino encantada, con Manolo. Fue un acto entrañable en que recordó su etapa de concejal y coincidió con gente que hacía muchos años que no veía”, rememoraba entristecido Eneko Andueza, secretario general de la agrupación eibarresa del PSE.
Asensio también fue concejal, en este caso de Seguridad Ciudadana, en Barakaldo entre 1995 y 2003. La legislatura precedente había sido juntero socialista vizcaíno. Tras dejar el Ayuntamiento, estuvo tres años trabajando como jefe de seguridad en el astillero Construcciones Navales del Norte, recordaba Santiago, su vecino de piso, quien coincidió con él en la empresa. Luego, cambió de trabajo.
“Destrozado por la muerte de una amiga”, dejó escrito en su Twitter el lehendakari en funciones, Patxi López. El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, muy afectado, anuló una comparecencia para acompañar a la familia.
Varios miles de personas se manifestaron anoche en Barakaldo en recuerdo de Amaya y para exigir medidas inmediatas contra los desahucios.

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